La depreciación es la mayor «pérdida» en la que incurre un propietario de un auto nuevo. Aunque la tasa exacta puede variar por el mercado y las condiciones específicas, ciertos vehículos son consistentemente identificados por su rápida devaluación.
Esto, paradójicamente, los convierte en excelentes compras de segunda mano para quienes buscan lujo o características avanzadas a una fracción de su precio original.
1. Sedanes de Lujo de Alta Gama 
Los sedanes insignia de marcas premium son los reyes de la depreciación rápida. Aunque nuevos pueden costar más de $100,000 o incluso $150,000, su valor cae drásticamente en el primer año y continúa haciéndolo en los siguientes.
Esto se debe a varios factores:
- Alto precio inicial: Hay más valor para perder.
- Tecnología que envejece rápido: Las características de vanguardia de hoy pueden ser obsoletas en 3-5 años.
- Costos de mantenimiento elevados: Los compradores de segunda mano son conscientes de los altos costos de servicio y reparaciones fuera de garantía.
- Segmento de nicho: El mercado de segunda mano para coches tan caros es más pequeño.
2. Vehículos Eléctricos de Primera Generación o de Baja Autonomía 
Aunque el mercado de vehículos eléctricos está en auge, los modelos de primera generación o aquellos con autonomías más limitadas tienden a depreciarse rápidamente. El Nissan Leaf ha sido un ejemplo notable de esto.
- Avance tecnológico rápido: Las mejoras en la tecnología de baterías y la autonomía son constantes, haciendo que los modelos anteriores se sientan rápidamente desactualizados.
- Infraestructura de carga: La percepción de la disponibilidad de cargadores y la velocidad de carga también influye.
- Incentivos gubernamentales: Las ayudas para coches nuevos pueden no aplicarse a los de segunda mano, afectando su valor.
3. Sedanes No Premium de Gran Tamaño
En muchos mercados, los sedanes grandes de marcas generalistas han visto una caída en la demanda, lo que impacta directamente en su valor de reventa. Modelos como el Chevrolet Impala o el Ford Taurus (antes de su discontinuación en algunos mercados) solían perder valor rápidamente.
- Cambio en las preferencias del consumidor: Los compradores se han inclinado masivamente hacia los SUV.
- Menor demanda en el mercado de segunda mano: Hay menos compradores interesados en este tipo de carrocería.
- Menos características «aspiracionales»: No ofrecen el mismo estatus o emoción que los SUV o los autos deportivos.
4. Marcas de Lujo con Percepción de Fiabilidad Variable 
Ciertas marcas de lujo, aunque aspiracionales, pueden tener una reputación de fiabilidad variable o costos de mantenimiento muy elevados una vez que salen de garantía. Esto genera temor en el mercado de segunda mano y una depreciación significativa.
- Altos costos de reparación: Las piezas y la mano de obra especializada son extremadamente caras.
- Menor confiabilidad percibida: Si la marca tiene fama de ser problemática una vez que envejece, esto ahuyenta a los compradores de segunda mano.
- Pérdida de estatus al envejecer: Parte del atractivo de estas marcas es ser nuevas y exclusivas.
5. Coupés y Deportivos de Volumen 
Aunque son autos deseados y emocionantes, los coupés y deportivos de volumen, especialmente en sus versiones no más potentes o coleccionables, también pueden perder valor rápidamente en los primeros años.
- Apelación emocional vs. practicidad: Son vehículos de nicho que no son ideales para el uso diario o familiar.
- Lanzamiento constante de nuevas versiones: La llegada de modelos actualizados o más potentes deprecia rápidamente las versiones anteriores.
- Segmento de mercado limitado: No todos buscan un coche deportivo, lo que reduce la base de compradores de segunda mano.
Es importante recordar que la depreciación es una parte natural de la propiedad de un coche nuevo. Sin embargo, para los compradores inteligentes de autos usados, la rápida depreciación de estos modelos los convierte en oportunidades fantásticas para adquirir vehículos bien equipados a una fracción de su precio original.